La triste fama del VRAE radica en el hecho de que su territorio acoge el cultivo de miles de hectáreas de hoja de coca y la presencia de laboratorios clandestinos de elaboración de cocaína. Además, por su difícil terreno se movilizan los hombres de la agrupación terrorista Sendero Luminoso, que tienen en jaque a las fuerzas armadas en esta zona.
Llegué al VRAE, hace pocos meses, por vía aérea y pude conocer varios lugares a ambos lados del río Apurímac: el distrito de Pichari en Cuzco y la localidad de Sivia, hacia el lado de Ayacucho.


Toda la ruta en helicóptero es impresionante porque tienes una abundante selva, con sinuosos ríos y playas, literalmente a tus pies..


En las inmediaciones de Pichari visitamos una piscigranja, donde los pobladores crian una serie de peces para su alimentación y para la exportación. El lugar es hermoso, mucha vegetación, intenso sol y los peces son enormes.




Al ver tanta vegetación, escasa en ciudades como Lima, da mucha impotencia ver la cantidad de incendios sobre las cumbres, que son provocados por los cultivadores de coca para "limpiar" el terreno y sembrar la hoja que es materia prima de la cocaína.


El distrito de Sivia en Ayacucho está frente a Pichari, cruzando en bote el río Apurímac...


Con toda la abundancia que puede dar la naturaleza, también se encuentra la aguda pobreza que vive la población de esas regiones, tanto en las ciudades como en las comunidades nativas que visitamos en Kimbiri, donde habían muchos niños estudiando en una escuela bilingüe que prácticamente se queda sin alumnos cuando llegan a la secundaria, pues la mayoría se casa o se dedica al campo..
No hay comentarios:
Publicar un comentario